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Issa Serge Coelo nació en Biltine, Chad, en 1967 y quiere acabar con este desconocimiento y aislamiento de su país. Después de completar sus estudios en Historia decidió dar un vuelco a su vida para profundizar en aquello que más le apasionaba: el cine. Estudió en la Escuela de Realización Audiovisual en Paris y trabajó como cámara durante años hasta que decidió tomar las riendas de su creatividad y comenzó a dirigir sus propias ideas para plasmarlas en el cine. Su filmografía incluye Daresalam (2000) o Tartina City (2006), dos películas que forman parte de una trilogía sobre el pasado, presente y futuro del Chad que su autor quiere finalizar en un futuro próximo.
Pero no es únicamente por su faceta de director por lo que nos acercamos a Serge Coelo. Desde hace años, Coelo ha desarrollado una serie de iniciativas ya no sólo para apoyar el cine de su propio país o promocionarlo, sino para atraer al público a la única sala que proyecta películas en Chad. Esta sala, situada en la capital Yamena, fue rehabilitada y es gestionada actualmente por el propio Coelo que, por si no fuera suficiente, desde hace más de diez años posee una productora, Parenthèse Films, que ha apoyado y realizado «Nous ne sommes plus morts» de François Woukoache, «Bouzié» de Jacques Trabi o «Little John» de Cheick Fantamady Camara.
El país saheliano se encuentra fuera de la órbita de los grandes centros culturales africanos. Ni cuenta con los canales de difusión de África Occidental, ni el mercado interno de África Central ni la industria de la Oriental, Austral o del Norte. Chad se encuentra en tierra de nadie y Serge Coelo quiere remediarlo a su propia manera. Una aventura valiente y difícil pero necesaria. Son estas iniciativas arriesgadas las que estimulan la cultura, la difunden y la protegen.
Una obra cinematográfica en auge y una visión esperanzadora sobre el futuro cultural de su propio país que bien merecen una profundización. Entrevistamos a Serge Coelo y con él nos adentramos en su visión del mundo.
¿Por qué decidió usted trasladarse a Francia a estudiar cinematografía?
Anteriormente estudié Historia antes de cambiar mi orientación al cine. Paris era naturalmente LA ciudad que durante los años 80 irradiaba por su dimensión cultural cosmopolita. Todos los profesionales del cine africano se encontraban en París, así como los de la música y el resto de artes. No teníamos todavía una estructura de enseñanza del cine en el Sahel, así que las posibilidades de elección eran bastante limitadas también.
¿Qué le inspira a la hora de hacer una película?
Siempre me ha atraído mucho la historia turbia de Chad. Mis películas se inspiran de la fuente de cincuenta años de independencia, en ese periodo político cuando los africanos se apropiaron del destino de sus propios países. Me gustaría terminar un tríptico acerca de tres periodos importantes de la historia chadiana: el primero, “Darsalam”, se inspira en el periodo de los años 60 y 70. “Tartina City” se sumerge en los años 80 y 90 y la próxima será acerca del periodo de los años 90 y 2000. Me siento obligado a terminar esta trilogía antes de comenzar a contar otras historias.
¿Qué es lo que hace que escoja una historia u otra para filmarla?
Las historias parten de una vivencia o de un vínculo que nos inspira desde una historia personal. Hay mucho de documental en el comienzo de todas las películas africanas. Incluso si la ficción es preponderante, no llegamos a 60 años después de la emisión de“La Noir de…”, de Ousmane Sembène, a ser totalmente ficción.
¿Qué hay de Serge Coelo en cada una de sus películas?
Tengo mi propio estilo: en la dirección como en la escenografía mezclo mucho el mestizaje, memorias de distintas tradiciones y la apertura del futuro. También busco hacer hincapié en los valores y principios humanos sobre todo acerca de la honestidad intelectual.
Desde hace unos años usted produce trabajos de otros cineastas, sobre todo de jóvenes talentos. ¿Esta actividad enriquece su perspectiva del cine?
Estoy muy interesado por las múltiples facetas del cine. Desde luego, la producción mejora el punto de vista sobre una película o sobre un autor.
¿Qué lo empujó a crear su productora Parenthèse Films?
Parenthèse Films me ha servido para comprender el mecanismo de la producción y de la distribución. He podido producir una quincena de películas durante diez años de actividades intensas y estimulantes con diferentes directores africanos de mucho talento.
Usted ha reabierto también el primer cine en Yamena llamado «La Normandie». ¿Cuáles han sido y son los desafíos de este proyecto en concreto?
La rehabilitación de “La Normandie” por el presidente chadiano, sala de cine construida en 1949, me ha hecho muy feliz y también a todos los espectadores de la capital, sobre todo pensando una generación entera que ha sido privada de verdadero cine. Me he inclinado naturalmente sobre la cuestión de la explotación de recursos culturales. Es un universo totalmente ajeno a mi cultura personal y general, he ido dado poco a poco los pasos necesarios para comprenderla. Hoy en día somos la única sala en África Subsahariana equipada con 2K y 35mm. Tenemos acuerdos de distribución con la mayoría de los estudios americanos. Las películas se estrenan el mismo día en Yamena que en Europa. Nuestro desafío es recuperar a todos esos jóvenes que han crecido con la piratería viendo las películas en la pantalla de su ordenador y atraerlos a la gran pantalla.
¿Cómo definiría pues la escena cinematográfica chadiana?
Está en estos momentos en construcción gracias a las formaciones que hemos realizado y cuyos resultados podrán verse en FESPACO 2015. Estamos al principio de una historia que solamente se escribirá después de la muerte de los pioneros que formamos, Mahamat-Saleh Haroun, y yo mismo.
¿Qué futuro cree que le aguarda a esta escena?
Espero lo mejor porque vamos a establecer un fondo de ayuda al cine. Además se está construyendo en estos momentos una escuela de cine. Después de todos los premios que el cine de Chad ha recolectado en el circuito internacional no tenemos derecho a dormirnos y dejar el colchón a otros.
Su último film, Tartina city, data de 2006. ¿Tiene pensado continuar con sus proyectos artísticos personales en el futuro?
Claro. Estoy escribiendo un largometraje y diferentes guiones. De hecho, voy a intentar que el cine Normandie pueda volar con sus propias alas de manera independiente para poder volver a la dirección. Mientras tanto continúo formando y produciendo a jóvenes artistas.
¿Y acerca de Parenthése Films ? ¿A dónde busca llegar con esta productora?
Es una productora que tuve que cerrar con la llegada de Sarkozy al poder. Tuve que salir de Francia por esta razón.
En el campo de la cultura, ¿cree que Chad tiene visos a desarrollarse de manera similar a otros países de la zona? ¿De qué manera incluye su proyecto en ese posible escenario?
Chad es un país que aún está cerrado y por lo tanto virgen a nivel cultural. Tenemos así la suerte de mantener la autenticidad aunque eso conlleve la falta de apertura internacional. Estamos en un cruce de caminos. Todos los artistas chadianos se conocen. La danza o la música tienen más oportunidades de desarrollarse y más rápidamente que el cine. El futuro deberá contar con Chad, que empieza a hablar con una voz por fin audible.