El
Nos encontramos con el artista en Antananarivo, Madagascar, con motivo de su reciente exposición en la galería Is´art.
Buenos días, Richard, ¿podría presentarse a nuestro público?
Me llamo Richard Korblah, originario de Benín, artista plástico, escultor. Nací en Costa de Marfil, donde crecí hasta mi adolescencia; más tarde me trasladé a Benín, el país de mi padre. Al principio me trasladé a Cotonou para ser arquitecto, pero rápidamente me di cuenta de que no era lo mío. Posteriormente estuve cuatro años en un taller de serigrafía. Una vez acabado este periodo e intentando encontrar mi inspiración, conocí a un buen amigo que me veía claramente como escultor. Yo no lo tenía muy claro, pero un día me invitó a un mercado de escultura y me dejó trabajar un poco. Y me volvió a decir “Lo sabía, ¿ves? Eres un escultor sin ni siquiera saberlo”. ¡Quizás he sido siempre un escultor en la sombra!
Así, comencé con 18 años a trabajar con el papel maché y poco a poco fui incluyendo nuevos materiales. En el 2000 participé en el Festival de Artes de la Calle en Cotonou y mi trabajo gustó mucho. De hecho me han llamado durante mucho tiempo el “dinosaurio”, porque las esculturas que presenté en el festival eran dinosaurios. En 2001 se hizo una selección de artistas de aquel festival para una residencia y fue ahí cuando comenzó mi carrera artística. En un primer momento nunca pensé que podría ser un profesional del arte; de hecho, cuando comencé mi carrera me quité de en medio. Estuve casi diez años sin dar muchas señales de vida, trabajando en mi casa, hasta que en 2007 empecé a exponer en el Instituto Francés de Parakou y en el Centro Cultural Americano de Cotonou… y desde entonces no he parado.
Dice que usted nunca buscó sus orígenes artísticos, que siempre han estado dentro de sí.
Mi padre siempre decía que uno de mis ancestros fue escultor en piedra durante los tiempos de la colonización. Tengo un hermano en Costa de Marfil dibujante. Parece que la familia siempre ha tenido algo relacionado con lo visual y lo plástico.
En la exposición que presenta en Is´art hoy las ideas y el concepto expositivo están muy claros. No parece que tenga ninguna duda acerca de lo que quiere transmitir ni cómo.
Así es. Me gusta que el público sepa inmediatamente lo que está viendo. Creo que en el mundo actual no tenemos demasiado espacio mental para reflexionar sobre conceptos abstractos ajenos. Hay que ser directos. El público necesita engancharse rápidamente a lo que ve, de lo contrario su atención se diluye rápidamente.
Demasiada información simultánea.
Exactamente. Yo veo al público que asiste a una exposición de arte conceptual abstracto en París y, sólo después de leer el texto que acompaña a la obra del artista, ésta les afecta de alguna manera. Eso me ayuda a entender lo que el público quiere comprender. No pongo textos en mis obras, se entienden rápidamente. Y si no es el caso y alguien me pregunta, tengo que ser capaz de explicárselo en dos líneas.
Habla de París. ¿Cómo se adaptó a la escena artística contemporánea cuando llegó a Francia?
No fue muy difícil, porque en Cotonou ya había estado en contacto con el arte abstracto contemporáneo. Allí ya les preguntaba a los artistas extranjeros :“pero ¿por qué no haces que tu arte sea más fácilmente comprensible?”. El público necesita poder pensar rápido para poder conectar con la obra.
Ha viajado a Cuba también para exponer. ¿Cómo llegó a La Habana?
Fue totalmente inesperado. Estaba en Cotouou y recibí una llamada para participar en la Bienal de La Habana de 2014. Por lo visto, el equipo curatorial había visto mi trabajo y les gustó la energía que transmitía y querían también reforzar el vínculo histórico-artístico entre Benín y Cuba. Me invitaron a hacer una residencia en La Habana para producir las obras que expondría posteriormente. También trasladé piezas mías realizadas anteriormente para poder exponerlas en la oficina de la UNESCO.
En la Bienal aprendí muchísimo. El arte latinoamericano me marcó fuertemente. Cárdenas, Choco, Roberto Diago, Warhol, etc. Algo que me sorprendió muchísimo fue, andando por La Habana, encontrarme un templo vudú en el que oía que se hablaba yoruba. Fue ahí donde entendí el interés que tenía mi obra en Cuba.
¿De que manera le influyó artísticamente su estancia en Cuba, comprobar ese viaje anterior de la cultura beninesa y africana a América ?
De lo me que di cuenta es del desconocimiento de la cultura y el arte contemporáneo africano fuera de nuestras fronteras. Comprendí que, aunque exista un vínculo histórico-cultural enorme entre África y América, los artistas en concreto y la población en general no lo conocen. Creo que el arte africano debería poder responder a las preguntas de un joven en Brasil o en Cuba.
Todo lo africano se ha intentado borrar de la cultura americana…
Hay que organizar más exposiciones y eventos culturales que hagan redescubrir a la población americana sus raíces, explicarles de dónde viene parte de su cultura.
Su cuerpo expresivo representa de una manera muy potente lo que significa Benín, ¿se considera un embajador de su propia cultura?
Estoy influenciado por la tierra de mi país. ¿Quién soy yo? Me pregunto. Soy beninés. Tengo un amigo que me dice siempre que viendo mi obra está claro que soy africano, pero con un europeo, nadie se plantea si su cultura es europea o no. ¿Por qué los artistas africanos tenemos que responder siempre a esa “africanidad” impuesta desde culturas ajenas?
Trabajo aceptando mis orígenes para hablar al mundo entero.
Eso es. Porque los temas que presenta a través de sus esculturas están de actualidad. El drama de la inmigración, la lucha de poderes, etc… ¿utiliza sus obras para presentar sus ideas más políticas, por así decirlo?
Claro. Mira por ejemplo “el Combate de Gallos”. Son dos gallos que luchan a muerte para entretener a otros, no para sí mismos. Es una alegoría de cómo los poderes controlan a la población. Cuando uno de los gallos muere, se remplaza por otro, pero el dueño está tranquilo mirando… Es una idea que me vino viendo combates de gallos aquí en Madagascar.
Ahí quería yo llegar… ¿Le ha inspirado su estancia en Madagascar?
Por supuesto. El ejemplo de los gallos es muy gráfico. Cuando llegué a Madagascar lo primero que hice fue buscar espacios expositivos para comprobar lo que hacían los artistas malgaches contemporáneos. He visto muchos retratistas o artistas urbanos, estos últimos presentes en la galería Is´art, pero apenas he visto escultura. Sí que he aprendido de mi estancia, pero no he podido tomar referentes de la escultura porque es prácticamente inexistente. Aquí, en todo el país, cuando camino por la calle me llaman africano, así que me dije: «voy a presentarles un trabajo 100% africano» (ríe). He mostrado la fuerza que proviene de África.
Ha participado en el Festival de Arte Urbano organizado por Is´art. ¿Es la primera vez que trabaja en un contexto de intercambio en la región de África Austral? ¿Cómo ha sido ese intercambio?
Es curioso, los artistas de Kenia, Zambia o Sudáfrica con los que he trabajado son conceptualmente muy occidentales. Se toman su tiempo para reflexionar antes de ponerse a trabajar, tienen muy claro lo que quieren hacer previamente. Los malgaches hacen lo diametralmente opuesto: hacer antes de pensar. Lo primero que se te ocurre. Un contraste muy curioso.
Corríjame si me equivoco: quizá en África Occidental la cultura propia es un elemento muy fuerte en la sociedad y está plenamente desarrollada e interiorizada. ¿Cree que en aquí, en esta región de África, el elemento de reivindicación cultural no se ha potenciado de la misma manera?
La manera de trabajar es muy distinta. En Benín intentamos compartir las ideas antes de materializarlas, incluso con gente externa al mundo del arte. Intentamos madurar la idea en grupo. En África del Este quizás esa idea y esa cultura está más mezclada que en África Occidental. ¡La verdad es que no lo sé! (ríe)
Después de esta exposición, muy esperada, vuelve pronto a Francia. ¿Cuáles son sus planes?
Voy a volver a trabajar con Roberto Diago, de Cuba. Mi idea es hacer una instalación de 10 metros acerca de la historia de mi país. En escultura claro. Quiero ser un monumento en el arte, y lo voy a conseguir. Aunque no haya ido a una escuela de arte.
Para finalizar, y continuando con su filosofía ¿podría explicarme su exposición en dos o tres líneas?
Quiero simplemente transmitir al público es lo que pasa actualmente en el mundo. Eso es todo.
¡Una línea! ¡Qué capacidad de síntesis!
(Ríe)
Cree que las formas que presenta van a ayudar al público a entender lo que quieres transmitir.
Sí, porque es muy claro. Cada persona lo interioriza a su manera, ya sea instantáneamente como pasado un tiempo, pero creo que sí que les marcará.
Muchas gracias Richard por su tiempo.
¡Gracias a ti y a afribuku!