Las
En Guinea Conakry el primer presidente de la historia del país, Ahmed Sékou Touré, apostaría por la cultura y la promoción de los artistas locales como forma de forjar una identidad que garantizara la unidad nacional. El compromiso de los siguientes gobernantes del país con la cultura fue enorme y con el tiempo se convirtió en uno de los mayores símbolos de la huella guineana. Así pues, a finales de los años 90, se fundó Circus Baobab, la primera compañía de circo del África subsahariana. El director de cine Laurent Chevallier pretendía realizar un largometraje sobre una compañía africana de circo itinerante. Esta idea sedujo enormemente a Baïlo Télivel Diallo, Director Nacional de la Cultura de Guinea Conakry a la sazón, que convenció al Ministro de Cultura para que apoyase la creación de una compañía nacional de circo, inspirándose en los célebres ballets africanos de Keita Fodeba que tanto éxito cosecharon en los años 50.
La idea llegó a buen puerto y el grupo recorrió más de 4.000 kilómetros para ofrecer de forma gratuita este nuevo acontecimiento a toda la población guineana. “El circo no es europeo, ¡es africano!” fue una de las consignas de la compañía para reivindicar este género artístico como propio. La escenografía de la primera obra de Circus Baobab La légende du singe Tambourinaire destacaba por su originalidad, ya que todo el espectáculo gravitaba en torno a un baobab gigantesco donde se ejecutaba un sinfín de acrobacias aéreas, se bailaba y se tocaba música tradicional. Una comitiva de 114 artistas de todo tipo de géneros artísticos, y de la que formó parte el gran músico Momo Wandel, ofrecieron una fiesta cultural sin precedentes en el país. El éxito fue inminente y pronto se harían eco en el extranjero.
Durante varios años, Circus Baobab ha recorrido medio mundo con sus creaciones y goza de una gran popularidad en la esfera cultural internacional. Las producciones de Circus Baobab reflejan una contemporaneidad en sus expresiones artísticas que ponen de manifiesto la labor de este grupo por hallar un lenguaje artístico adaptado a los tiempos actuales. La combinación de la tradición y la modernidad, tan presente en las creaciones modernas africanas, es abordada con la voluntad de provocar diversión por encima de todo. De igual modo, la compañía se ha consagrado como una salida para gran parte de los alumnos egresados del Centre National d’Art Acrobatique, institución que durante varias décadas ha sido la responsable de formar a cientos de jóvenes en esta materia. Por otro lado, esta institución ha abierto la puerta a otras pequeñas compañías que en los últimos años están colocando el listón del circo guineano bien alto.