Resulta
Antananarivo es una ciudad, como la mayoría, que impersonaliza a sus habitantes. Incluso la fortísima y hermética cultura tradicional malgache se desdibuja y emborrona en una urbe en la que el tráfico, la inseguridad nocturna, el frío y la polución son factores determinantes para articular el ocio de sus habitantes. Sus ciudadanos, en su mayoría imerina (tribu procedente del centro del país), reciben una inmigración del resto de la isla seducidos por los cantos de sirena de la gran ciudad, que unido a una nula política de integración social ni urbanística, se traduce en una población urbanita indiferente a los problemas ajenos. Los lugares de encuentro se han reducido a la iglesia, algunos callejones entre casas y en ocasiones el mercado. Una ciudad impersonal que necesita puntos de unión entre sus habitantes, e Is’art Galerie es uno de los pocos espacios que facilitan esta unión. “Somos un centro de arte contemporáneo que tiene como objetivo la promoción y profesionalización de los artistas, el arte contemporáneo en todas sus disciplinas y su emancipación”, apunta Cécile Bidaud.
Is’art Galerie comenzó sus andanzas en 2011 como una pequeña galería de arte contemporáneo como continuación del taller ISA fundado por uno de los grandes mentores de los artistas plásticos de Madagascar: Richard Razafindrakoto. Tras su triste fallecimiento, Is’art Galerie, de mano de su director artístico y alumno aventajado de Razafindrakoto, Tahina Rakotoarivony, intentó abrir un espacio en el que el arte plástico contemporáneo malgache pudiera ser visible en su propia sociedad sin depender de centros culturales extranjeros. El primer espacio que abre Is’art Galerie en el centro de Antananarivo desempeñó una misión clásica de galería de arte, sus pequeñas dimensiones dieron voz a toda una generación de jóvenes artistas que por fin, podían exponer su trabajo. Debido a su propio éxito cosechado, pronto la evidencia se hizo latente: el espacio era demasiado pequeño.
En 2014 Is’art Galerie se traslada a una antigua tintorería industrial, un espacio más diáfano, abierto y con posibilidades. “El cambio de lugar en 2014 a la tintorería ha propulsado las opciones de la galería, el lugar en el que estamos es estupendo. Estamos abiertos a cualquier proposición externa que comparta nuestros objetivos”, explica Cécile Bidaud, directora ejecutiva del centro. La arquitectura del espacio multiplica las opciones al disponer de un taller, un espacio expositivo con una luz natural excelente, un escenario, un bar, una cocina y un patio externo. Y es a partir de que la programación cultural de la galería, ya mutada en un verdadero centro cultural alternativo, se consolida, cuando ésta se erige como un verdadero actor de cohesión social y cultural en Madagascar.
Verdadero centro de reunión de los outsiders de todo el país, Is´art Galerie ofrece una programación cultural variada, diversa y contínua. “Buscamos promover el encuentro entre artistas, creo que aquí difiero con Tahina, para mi es esencial que la artistas y público se sientan cómodos, al menos es mi objetivo”, apunta Bidaud.
Exposiciones nuevas cada tres semanas, conciertos semanales, espectáculos de circo, conferencias, talleres dirigidos a artistas y profesionales de la cultura, jornadas infantiles, proyecciones de videoarte y cortometrajes, lecturas de poesía y slam o la organización del Festival de Arte Urbano anual de Madagascar son eventos que se suceden cada semana. La galería se mueve y con ella su público. “Veo a Is’art como un centro de referencia, de formación y de encuentro del arte contemporáneo en Madagascar, trabajamos cada día para llegar a ese objetivo”, añade Tahina Rakotoarivony.
Is’art Galerie sufre también de sus propios problemas, su entrañable caos organizativo es ya marca de la casa. “¡La gestión administrativa de los artistas es muy complicada como bien sabes! (risas). Intentamos colaborar con otros espacios y artistas de la región y es muy importante que los artistas salgan de Madagascar para que se empapen de otros aires, al mismo tiempo intentamos exteriorizar poco a poco nuestras actividades fuera de Antananarivo, en Mahajanga o Antsirabe por ejemplo” señala Bidaud.
La misión del centro está muy clara para Tahina Rakotoarivony: “Tenemos una misión pedagógica básica, las exposiciones colectivas, los talleres, los encuentros, etc.. La profesionalización de los artistas es esencial para el futuro del arte en Madagascar”. Y es que Is’art Galerie se está convirtiendo poco a poco ya no únicamente en un centro de encuentro si no en un laboratorio de creación. ¿Está cambiando Is’art Galerie la escena cultural malgache? Tahina responde: “Desde que la galería abrió en 2011 veo un cambio sustancial en la calidad y cantidad del arte contemporáneo en Antananarivo, el sólo hecho de exponer o participar en talleres encuadra a los artistas y les fuerza a estructurar su propia expresividad”.
Existen infinidad de recuerdos personales de momentos precisos en los que todo confluye, el público, los artistas, la propuesta artística presentada. Momentos que hacen que el duro trabajo diario tenga su recompensa. Aún recuerdo la exposición colectiva realizada con motivo del II Festival de Arte Urbano de Madagascar en la que artistas de la casa como Temadrota, Taka o Maherisoa crearon junto a invitados africanos como Wallen Mapondera, Conor Ralphs, Joao Orecchia o Meghan Judge una noche de propuestas arriesgadas multidisciplinares que aún resuenan en Antananarivo, o el concierto del excelente guitarrista Joël Rabesolo o el espectáculo de Horacio Macuacua junto a cinco bailarines malgaches o, o, o….
Para Tahina el momento más importante de la galería fue sin duda su inauguración, el final de un proceso arduo y costoso: “aún recuerdo la apertura de la primera galería en 2011, fue un subidón, la culminación de un sueño ya no sólo mío pero de mucha otra gente. ¡Seguimos siendo el único centro de arte contemporáneo de Madagascar!”.
Si pasan por Antananarivo y sólo pueden visitar un lugar, vayan a Is’art Galerie. Un centro cultural familiar, arriesgado y abierto en el que el arte contemporáneo malgache ha podido por fin expresarse libremente y dialogar mirando a su pasado, a su presente y a su futuro.