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Este 2016 la FNB Joburg Artfair ha incluido algunas novedades en su programa. El enfoque de esta edición estuvo puesto en África del Este y su emergente escena artística (precisamente en estos días está teniendo lugar la Bienal «7 colinas» de Kampala), que la comisaria Lucy McGarry quiere presentar a los visitantes tanto a través de artistas y galerías consolidados como los más prometedores del panorama.
La artista estrella de este año ha sido keniana Wangenchi Mutu, una figura que se va haciendo cada vez más imprescindible en el showbiz artístico. El FNB Private Wealth Lounge ha presentado por su parte al diseñador Kossi Aguessy, que vuelve a la escena pública después de un breve retiro que, pensamos, le ha servido para dar gas a su lado más innovador e industrial. El resto de artistas destacados por la propia organización de la feria son Serge Alain Nitegeka (Burundi), representado por Stevenson; Sanaa Gateja (Uganda) Afriart; Aida Muluneh (Etiopia); Jim Chuchu (Kenia) y Nest Collective (Kenia).
TEDx Johannesburg se inserta en la Feria
Otro de los platos fuertes de ha sido la inclusión, por primera vez, de una serie de conferencias en colaboración con TEDxJohannesburg. El tema central son las prácticas en torno al arte Visual en África, y las preguntas: ¿Cómo nos está cambiando el arte? ¿Cómo está cambiando el mundo? ¿Y cómo podrían esos cambios contribuir a dar forma al futuro de África?
Nos hemos dado un paseo por las redes sociales para ofrecer algunas ideas de los participantes en esas charlas y también los que han sido, a nuestro parecer, los mejores momentos visuales de esta feria indispensable.
El primero de los intervinientes fue Ashraf Jamal, analista cultural basado en Ciudad del Cabo, que criticó el ascenso de un neo fascismo en África que obliga a pensar en términos de «pigmentación» y de esencialismos geográficos. Sin pelos en la lengua y con mucho humor y también sentido común, advirtió sobre un producto peligroso, un esencialismo negro. Para Jamal hay tres Áfricas: la que ven los africanos, aquella de la que los otros hablan y otra que es una especie de milagro y que es el día a día. En realidad, África es mucho más que eso y, a la vez, no es más que un ente abstracto, que se crea por nuestra necesidad humana de cuantificar las cosas. En definitiva, para el analista «África no existe».
Jamal sugería la idea de un Arte que puede abogar por una ciudadanía africana transcultural. Romper la canonización en el arte es el objetivo, para liberarlo, pero no una liberación con el sentido de descolonización, un término que ya está ultrarreproducido y manido. Existe, como dice y constatan muchos, una nueva fascinación por África; si bien el continente se ha vuelto para muchos el centro epicentro del mundo, África debería devolver una cara humana, no una cara racial, negra o blanca. Debería constituirse como referencia, pero una referencia que sólo puede ser universal.
Zoe Whitley, comisaria e investigadora de arte actualmente ligada a la Tate Modern de Londres, utilizó sus experiencias personales para dirigir la charla en torno al concepto de museo o galería. Los museos son espacios donde podemos aprender sobre nuestra cultura u otras diferentes y establecer un diálogo con nosotros mismos. Es un espacio donde se puede ver el arte y escuchar a los artistas quienes, según declara, le han ayudado siempre a plantearse cuestiones y utilizar un nuevo vocabulario o sintaxis con la que reflexionar. Una de las ideas salidas de una discusión con una artista y que es pertinente en relación al arte y los creadores africanos es la de «pertenecer» al contexto del museo. Existe un sentimiento de «suave violencia » que hace que a veces los creadores no occidentales se sientan «aparte» o fuera del sistema : las etiquetas que se dan a la obra en un museo, el hecho de ser la única persona negra en un espacio o la glorificación del pasado colonial son solo algunos ejemplos.
¿Qué alternativas existen para acercar los museos al público y para que sean inclusivos? Actuar de forma diferente dentro: permitir que se pueda hablar en voz alta, por ejemplo, u otras experiencias sensoriales que podrían cambiar nuestra relación con el arte contemporáneo, que nos parece tan lejano y elitista. Y cuenta una anécdota en la que su hija de 5 años visita una exposición y encuentra elementos que a ella, como comisaria, se la habían pasado totalmente desapercibidos, incluso conociendo la obra del artista.
Jim Chuchu, realizador keniano, instó a los artistas africanos a volver a casa. A partir de la experiencia de grabación de un proyecto realizado en Canadá, sobre homosexualidad en Kenia, Jim explora las consecuencias de su elección de volver a «casa», a Nairobi, a pesar de las dificultades de ser un artista allí y del rechazo que sintió por parte de amigos y también la persecución de las autoridades a su equipo como represalia por haber tocado un tema tan peliagudo. Como dice, es más fácil encontrar arte de África fuera de África, y también a artistas que escogen vivir fuera del continente por las facilidades que conlleva a sus carreras. A pesar de todo, Chuchu sigue estando basado en Kenia, siente que su presencia y práctica en el continente son imprescindibles para actuar como un modelo para las nuevas generaciones y para contribuir a una dinámica de creatividad.
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Más información en http://fnbjoburgartfair.co.za/
Lucia
Hola! Me parece super interesante esta página y este articulo me ha encantado, pero me ha dejado con una duda. La última obra que se muestra en el artículo de quien es?
Muchas gracias y un saludo!!
Francisca
Me ha encantado todo, todo, todo. Gracias.