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Multitud de cibercafés de pago llenos de jóvenes jugando al Scrabble en Niamey o Lomé. Cada año se celebran varios concursos panafricanos en inglés y francés en diferentes países, atestiguando así el auge del fenómeno Scrabble en toda África. Existen selecciones nacionales de Scrabble que representan a sus países en los torneos internacionales con un orgullo similar al que encontramos en el futbol. En un continente cuya tasa de alfabetización apenas llega en muchos países al 50% de su población, que un juego basado en el vocabulario de la lengua oficial y colonial sea un éxito en su población tanto joven como adulta, es una gran noticia. En primer lugar porque entierra una vez más el absurdo cliché de la África ignorante e iletrada. Al mismo tiempo fortalece la visión de futuro de unas sociedades y países conectados entre sí a través de un juego tan sencillo como adictivo. Además nos pone de manifiesto la importancia que adquiere la conexión a internet en los países africanos, mucho más conectados entre sí de lo que podemos a priori pensar.
Quién podría vaticinarlo, el Scrabble como metáfora del progreso africano. Una maravillosa coincidencia que en estos momentos planta semillas de interconexión, lenguaje, apertura, fraternidad e inteligencia verbal. Por poner un ejemplo, el último ganador de la edición anglófona del concurso panafricano que se realizó en Ciudad del Cabo en 2014, lo ganó un nigeriano, y la próxima edición se celebrará en el extremo opuesto del continente, en Gambia. Y aunque sea Estados Unidos el país con mayor número de campeones mundiales del juego en cuestión, cada año el número de participantes africanos de elite va en aumento. Qué gran noticia sería que un sudanés o un camerunés ganaran estos concursos internacionales.
Apalabrados como elemento aglutinador de sociedades africanas a través de Facebook y aplicación para móviles y tabletas rompiendo toda clase de estereotipos o convenciones sociales. Lo que millones de euros en inversión de programas de apertura de fronteras económicas no están consiguiendo, lo hace un juego de mesa. Bienvenidos al futuro de las palabras conectadas que conectan personas. Que gane el mejor.