La
La película Microphone (2010) de Ahmad Abdalla reveló el estallido en Egipto de un movimiento cultural underground sin precedentes, que se esparcía por las ciudades principales del país como un reguero de pólvora. El título de esta obra sugiere la importancia simbólica del micrófono en una sociedad sedienta de libertad de expresión política y artística. La nueva generación de artistas que surge pocos años antes de la revolución, adoptó una visión del arte inédita en Egipto, basada en la transmisión de mensajes subversivos y en el uso de las nuevas tecnologías para sortear la censura e intercambiar información con todo el planeta. A su vez, los jóvenes egipcios se fueron apoderando poco a poco de las nuevas formas de comunicación en red, mientras que el Estado trataría de poner coto a ese flujo informativo que se produjo a partir de la inmolación del joven tunecino Mohamed Bouazizi. Sin embargo, ya sería demasiado tarde para volver atrás. El resentimiento de la población ya estaba en el aire y las letras de los grupos más célebres del hip-hop egipcio no paraban de apuntar al gobierno eterno de Mubarak.
Durante los días de la revolución, el grupo de hip-hop Arabian Knightz lanzó la canción Rebel, en la que proclamaban su indignación con el aparato represor del Estado e incitaban al pueblo a la rebelión: «Mantengo los ojos bien abiertos mientras contemplo la violencia. Los medios lo niegan y las masas lo aceptan porque nos tienen aterrorizados. Despertad y rebelaos«. Durante el transcurso de las revueltas de la Plaza Tahrir, el grupo consiguió compartirla con el resto del mundo justo antes de que Mubarak diera la orden de cortar las líneas de Internet. Cuando se volvieron a conectar las comunicaciones, los miembros de Arabian Knightz descubrieron que Rebel había dado la vuelta al mundo y que el productor alemán Iron Curtain la había mezclado con una grabación en directo de la célebre cantante norteamericana Lauryn Hill. La canción se convirtió rápidamente en la banda sonora de la revolución de Egipto y alentó a gran cantidad de jóvenes a continuar expresando su disconformidad con el régimen.
Las letras de Arabian Knightz combinan el árabe y el inglés, pues el grupo pretende que el mundo comprenda que los egipcios y los árabes no son terroristas, y que simplemente se manifiestan en contra de sus gobiernos autoritarios. El discurso de estos 4 jóvenes que viven en cuatro barrios periféricos de El Cairo es esencialmente pacifista, abogan por la igualdad de todos los ciudadanos y defienden los derechos de las mujeres. Sus micrófonos se ceban con la censura y el control estatal continuo sobre las artes y la libertad de expresión: «Antes de cada concierto teníamos que escribir en un papel todas las letras y enseñárselas a un agente del régimen, que nos decía cuáles podíamos cantar y cuáles no. Meses antes de la revolución, recibimos una llamada del Gobierno con amenazas. Nos dijeron: «Sabemos qué música hacéis y, si no paráis, os vamos a hacer desaparecer«. Y en estos momento en los que la represión de la Junta Militar sigue acabando con la vida de ciudadanos, ellos continúan dando rienda suelta a sus palabras para denunciar los abusos del poder.
Arabian Knightz creó el sello discográfico de hip-hop árabe Arab League Record, con quienes lanzará en breve su próximo disco United States of Arabia. www.arableaguerap.com
Eva
Grupos como Arabian Knightz no hacen más que confirmar la sed de libertad (حرية en árabe) de una sociedad que llevaba casi 30 años bajo un régimen de miedo y de amenaza que, por cierto, parece no tener fin, si nos remitimos a las estremecedoras imágenes de la brutal agresión a algunos manifestantes de la Plaza Tahrir. Es un régimen “ofidial”: han cortado la cabeza, pero el cuerpo sigue moviéndose para envenenar a la población civil.
afribuku
Gracias Eva. Es evidente que ya tocaba que la sociedad se despertara y se lanzara a cambiar de régimen. Como dices, 30 años de miedo es mucho tiempo. Y a veces no es fácil encontrar la manera de organizarse y luchar ante la agobiante vigilancia de esos Estados policiales. Esperemos que los egipcios corten el cuerpo también y dejen de sentise envenenados. Un abrazo.