Cuando se habla de teatro y Mozambique, es imposible no pensar en el Teatro
El Teatro Avenida de Maputo, en la capital mozambiqueña, es un espacio emblemático con más de 25 años de historia. En Mozambique, como en el resto del continente, el teatro es un arte que juega un papel crucial para comunicar y educar. El teatro mozambiqueño es historia y tradición donde el sentido del ritmo, la palabra y la mímica son claves a la hora de transmitir y contar historias. Su papel fue y es fundamental en el proceso de educación para la paz. En 1975, después de la independencia el 99% de la población era analfabeta sin mencionar problemas que aparecerían más tarde como el hambre y el sida.
Y por ese mismo afán de transmitir y contar historias, tras la independencia de los portugueses, números grupos de teatro amateur empezaron a surgir en muchos lugares del país, pero especialmente en la capital. Uno de esos grupos fue el Tchova Xita Duma, que traducido de la lengua changana significa “empuja el coche para ponerlo en marcha”. Un nombre un tanto particular pero que refleja el espíritu con el que surgían estos grupos en esa época. La directora de este grupo era Manuela Soeiro (hoy en día directora del Teatro Avenida), que propuso a los integrantes de Tchova Xita Duma, dar un paso más allá y convertirse en una compañía profesional. Así nació Mutumbela Gogo, que significa “la enmascarada”.
Mutumbela Gogo es una de las compañías mozambiqueñas más antiguas y una de las más importantes del continente africano. Grandes plumas como el mozambiqueño Mia Couto o el sueco Henning Mankell participaron también en la creación de este nuevo grupo. Estos escritores de peso internacional forman parte de la historia del Teatro Avenida y de la compañía Mutumbela Gogo. No podemos olvidar que el mismísimo Mia Couto fue el dramaturgo de la compañía en los comienzos. Realizó varias adaptaciones de obras y su papel fue clave, aunque posteriormente, el que fue Premio Camões en 2013, fue decantándose más por la novela y la poesía.
El teatro de Mutumbela Gogo es un teatro comprometido, incluso militante, concebido en su día para defender la identidad de un pueblo independiente. Versátil y capaz de representar diferentes estilos, la capacidad de creación del grupo es infinita. Canto, baile o música se complementan en perfecta armonía bajo la dirección constante de Manuela Soeiro, la “madre” del grupo. Independientemente de representar obras de tipo social, en el Teatro Avenida también se han representado obras de escritores internacionales como Un tranvía llamado deseo de Tennesse Williams, Miss Julie de August Strindberg o la versión mozambiqueña de Hedda Gabler de Henrik Ibsen, que adaptó el propio Henning Mankell bajo el título La hija del general.
Cabe destacar también que la emprendedora Manuela Soeiro es quien descubrió y apostó por la mozambiqueña Lucrecia Paco cuando esta era una joven actriz en el grupo Tchova Xita Duma. Aun cuando los padres de Lucrecia Paco se cuestionaran el que su hija se dedicara a actuar profesionalmente, fue la propia Manuela la que habló con el padre y le prometió que haría de su hija una estrella. Hoy en día, Lucrecia Paco es una de las actrices más reconocidas de Mozambique, rompiendo la famosa paradoja de muchos actores que “no son profetas en su tierra” y también fuera de las fronteras del país. Ha sido la portada de la versión en castellano del libro “Tea-bag” de Henning Mankell y su versatilidad a la hora de meterse en la piel de sus personajes y su capacidad de liderazgo, también la han llevado a convertirse en la Directora Artística de la compañía. Polifacética, Lucrecia además es dramaturga y ha dirigido varias obras como Virgens (Vírgenes), que representó en espacios comunes de vecinos de Maputo con el objetivo de alcanzar a otros públicos que no suelen acudir al Teatro Avenida.
Conocida siempre por su compromiso social, una de las obras que protagonizó, Mulher Asfalto, la llevó a actuar en lugares tan diversos como en la calle Bagamayo de Maputo (una calle en el centro de la capital mozambiqueña conocida por sus altos índices de prostitución) o en cárceles de mujeres y hombres en Mozambique y en Argentina. Mulher Asfalto (Mujer del asfalto) cuenta la historia de una prostituta que un día rompe con el silencio en el que vive y pide derecho a la vida. Un proyecto ambicioso cuyo objetivo fue el de dar voz a la realidad que viven muchas personas en Mozambique y en el mundo.
La universalidad de Lucrecia Paco, que habla inglés, francés, español, portugués, changana y entiende alemán, la han llevado a actuar en diferentes países del mundo como Portugal, Brasil, Alemania, Francia, Noruega, Suecia, Argentina o España. En 2009 participó en el Festival de Cine Africano de Tarifa donde además colaboró en varios talleres con otras actrices en la ciudad andaluza. La actriz mozambiqueña ha intervenido en varias películas como O vento sopra do norte (1987) de José Cardoso, la primera obra cinematográfica de ficción totalmente producida en Mozambique.
El Teatro Avenida, Mutubela Gogo y Lucrecia Paco siguen evolucionando de forma independiente pero creciendo juntos. ¿Y cuál es el futuro? Pues el futuro para el teatro mozambiqueño está lleno de retos. Antes de la independencia el teatro hablaba de los colonizadores, hoy el gran tema es la corrupción. Este tema no se expone de forma formal y el humor y la música son vehículos singulares para exponer lo que no se puede exponer. Además, en Mozambique como en otras partes del mundo el apoyo y financiación del teatro ha descendido mucho en los últimos años. Un desafío además en un país que está en vías de desarrollo, donde el arte y el teatro, no son la prioridad a la hora de subvencionar. Pero Mozambique sigue siendo un gran escenario donde las realidades sociales son imposibles de olvidar y donde el teatro juega un papel fundamental. Lucrecia Paco, Mutumbela Gogo y el Teatro Avenida siguen jugando el rol principal para asegurarse de que el espectáculo siempre continúe.